martes, 11 de octubre de 2011

A favor de la prohibición del Burka en sociedades con cultura occidental


En la tradición islámica existen unos códigos de vestimenta, establecen el deber de cubrirse el rostro y la mayor parte del cuerpo, el burka es un tipo de velo que cubre la cara (excepción de una abertura en los ojos), es un símbolo de dignidad y estatus social.
Existe una polémica originada desde la posición a favor o en contra de la prohibición con un debate socio-político en cuanto a la libertad de elección para que la mujer decida llevarlo o no, paralelamente un debate feminista en cuanto a la “involución” con respecto a la igualdad, fundamentado en el símbolo de sumisión que representa el burka; estas mujeres son educadas para llevarlo para ser vistas sólo por sus maridos, pero ¿acaso la mujer es un ser tan débil y dependiente como para estar subordinada y escondida?
"vetar el burka es un modo de ayudar a las jóvenes inmigrantes a salir del gueto en el que quieren confinarlas" Ministra de Igualdad de Oportunidades, Italia.
El burka ha sido prohibido en varios países europeos, en España curiosamente los que se proclamaban en contra de la prohibición eran los hombres de las mezquitas. En general, alegan que va en contra de las tradiciones y valores de ciertas sociedades, además de razones fundamentadas en la seguridad.
¿Podría existir un equilibrio entre respeto a la libertad individual y respeto al principio de defensa del orden público? Si la sociedad es un encuentro de identidades basado en un contrato colectivo que establece un principio de reconocimiento mutuo, y un principio de convivencia que defiende la interacción, entonces ¿qué hacer cuando existe una tradición que rechaza la igualdad?
Quizás quedan mujeres identificadas con las tradiciones patriarcales y otras capaces de mostrar una actitud más independiente, sea cual sea su origen, etnia o creencia deberían respetarse sus libertades individuales, aunque los mecanismos de control para subordinar a las mujeres deben ser eliminados. Pero si dentro de algunos territorios las mujeres son obligadas a cubrirse, entonces ¿acaso no sería justo que dentro de otros territorios existiese el derecho de exigir que las mujeres se descubran?
Sería interesante poder presenciar un experimento de consenso a través del diálogo, donde las palabras son los instrumentos y las ideas son la muestra sobre la que se trabaja dentro de un laboratorio que procesa la verdad o el acuerdo, la conciliación de dos partes que deben quedar convencidas del mutuo respeto y la concordancia de un balance justo.