Qué gran razón tenía John F. Kennedy cuando dijo “Una nación que tiene miedo de permitir a sus ciudadanos juzgar lo que es verdadero o falso en un mercado abierto es una que tiene miedo de sus ciudadanos”, y a partir de aquí se analiza el panorama del periodismo en Venezuela desde la apertura de CONATEL (Comisión Nacional de Telecomunicaciones) un organismo encargado de regular, supervisar y controlar al sector de telecomunicaciones. En el mismo contexto se aprueba en el 2003 la Ley de Responsabilidad Social de Radio y Televisión. Estos esfuerzos se hicieron para circunscribir el papel de los medios de comunicación considerados como alineados con la oposición.
Bajo el nombre de Democracia está registrada la República Bolivariana de Venezuela pero una radiografía dejaría ver como la Revolución Chavista ha dejado grandes fisuras en toda la estructura central de la Libertad de expresión venezolana. El Gobierno necesitaba de un recurso fuerte para iniciar procesos administrativos oficiales contra los cuatro canales principales del país, así que solicita a sus legisladores que aprueben una ley para reglamentar los contenidos de la televisión y la radio en Venezuela. Tarea fácil cuando se goza de mayoría parlamentaria.
La Ley se introduce en la Asamblea el 23 de Enero del 2003, para esta fecha ya se habían vivido 52 días de un paro petrolero que había paralizado las actividades a nivel nacional, afectando a las Empresas básicas y al sector privado. Era una protesta promovida y sostenida por todos los venezolanos que sentían disconformidad con el Gobierno, impulsando acciones sustentadas en la desobediencia cívica a la que todos los venezolanos tienen derecho según lo dispuesto en la Constitución Nacional. Sin embargo, el presidente afirmaba que las imágenes mostradas por los medios de comunicación era parte de un complot unificado entre la oposición y los medios a los que empezaba a llamar golpistas.
En 2009 se apagaron 32 estaciones radiofónicas, en 2011 fueron clausuradas 27 emisoras de radio. De aquellos procesos administrativos contra los cuatro canales de televisión, sólo queda uno que todavía defiende aquel periodismo respetado por una verdadera Democracia, su nombre es Globovisión y aunque se sigue atentando directamente para lograr el cierre del canal opositor, el cual afirma que “seguirá defendiendo sus derechos” y cuenta con el apoyo de comisiones internacionales y de todos los comunicadores sociales activos pero reprimidos que están dispuestos a defender la libertad de expresión en Venezuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario